Tal vez Salgari, con sus hipérboles, que ya entonces nos hacían sonreír, y sus zafiros grandes como avellanas, nos enseñara a mis amigos y a mí que se puede sonreír y reír de lo que se ama, pero sin la burla altanera que destruye el amor, sino con esa risueña y afectuosa participación que lo intensifica.
Claudio Magris. en Libros de lectura, en Alfabetos. Trad.: Pilar González Rodríguez. p.10. Anagrama, Barcelona 2010.
El remarcado es mío. HL.
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